La menopausia es una etapa natural en tu vida que conlleva cambios hormonales significativos. Estos cambios también afectan a la salud de tu suelo pélvico, que puede empezar a dar síntomas incluso antes de que desaparezca la menstruación. La disminución de estrógenos suele iniciarse alrededor de los 40 años, durante el periodo conocido como perimenopausia, y puede provocar alteraciones progresivas en los tejidos. Entre las molestias más frecuentes podemos encontrar sequedad vaginal, sensación de peso en la pelvis, incontinencia urinaria, disminución de la libido y dolor, tanto en la vida cotidiana como durante las relaciones sexuales, entre otros síntomas que veremos a continuación.
¿Qué es el suelo pélvico y por qué es importante?
El suelo pélvico es un conjunto de músculos, ligamentos y tejidos que sostienen la vejiga, el útero y el recto. Su correcto funcionamiento es esencial para:
- Control de la vejiga y el intestino.
- Mantener una buena postura y estabilidad del tronco.
- Disfrutar de una función sexual saludable.
Durante la menopausia, la disminución de estrógenos provoca un adelgazamiento de los tejidos y una pérdida de tono muscular, lo que aumenta el riesgo de presentar problemas del suelo pélvico.
Síntomas comunes del suelo pélvico en la menopausia
Algunos de los síntomas más frecuentes que puedes notar son:
- Incontinencia urinaria: pérdida involuntaria de orina al toser, estornudar o hacer ejercicio.
- Urgencia urinaria: necesidad repentina e intensa de orinar, a veces difícil de controlar.
- Prolapsos: sensación de pesadez o presión en la pelvis por descenso de órganos.
- Sequedad vaginal o dolor: disminuye la vascularización y elasticidad de la zona puede afectar tu comodidad diaria y tu vida sexual.
- Escozor o picor: la mucosa vaginal se vuelve más fina, menos lubricada y más sensible, lo que puede generar estos síntomas
- Debilidad en la musculatura pélvica: disminuye la fuerza y resistencia del suelo pélvico.
- Estreñimiento o dificultad para evacuar: esfuerzo excesivo que aumenta la presión sobre la pelvis o no evacuar a diario.
- Dolor pélvico o lumbar bajo: relacionado con alteraciones en la musculatura profunda.
Detectar estos síntomas a tiempo es clave para prevenir complicaciones y mejorar tu calidad de vida.
Cómo te podría ayudar la fisioterapia de suelo pélvico
Lo primero, y muy importante, es realizar una valoración individualizada. Cada mujer vive la menopausia de forma distinta, por lo que el tratamiento debe adaptarse a tus necesidades y estilo de vida. La fisioterapia especializada en suelo pélvico puede ayudarte mediante:
- Entrenamiento de la conciencia corporal: mejora la percepción y control del suelo pélvico.
- Electroestimulación y biofeedback: ayuda a reclutar fibras musculares débiles o a mejorar el tono muscular.
- Neuromodulación del suelo pélvico: mediante el uso de TENS y, en algunos casos, punción seca combinada con estimulación eléctrica, puede ayudar a regular la respuesta nerviosa y muscular. Es útil para mejorar el control vesical, reducir el dolor y normalizar el tono del suelo pélvico.
- Técnicas de relajación y respiración diafragmática: reducen la tensión y mejoran la conciencia corporal.
- Ejercicios de fortalecimiento de suelo pélvico y globales: aumentan la fuerza y resistencia muscular.
- Asesoramiento en hábitos de vida: hidratación, cuidados íntimos y posturales para disminuir la presión sobre la pelvis.
Cuidados en casa para mantener un suelo pélvico saludable
Además del tratamiento fisioterapéutico, puedes incorporar algunas medidas de autocuidado en tu rutina diaria:
- Evitar el estreñimiento, que aumenta la presión sobre el suelo pélvico.
- Utilizar un taburete para elevar los pies al hacer de vientre, asi evitas empujar.
- Utilizar un taburete para elevar los pies al ir al baño, facilitando la evacuación y evitando empujar.
- Practicar ejercicio físico regular, especialmente ejercicio de fuerza adaptado, que ayuda a mejorar tu masa muscular y tu salud ósea.
- Mantener un peso saludable para reducir la carga sobre la pelvis.
La menopausia no tiene por qué significar problemas inevitables o irreversibles en tu suelo pélvico. Con fisioterapia especializada, ejercicio y autocuidados, es posible mejorar la fuerza, funcionalidad y bienestar sexual durante esta etapa.
Si experimentas incontinencia, prolapsos o dolor pélvico, abórdalo para mejorar tu calidad de vida.
En nuestra clínica contamos con una fisioterapeuta especializada en el campo del suelo pélvico que te ayudará de forma personalizada a solucionar tus problemas
