Menopausia y Suelo Pélvico. ¿Me puede ayudar la fisioterapia?

El suelo pélvico es un conjunto de músculos, ligamentos y tejidos que sostienen la vejiga, el útero y el recto. Su correcto funcionamiento es esencial para:

  • Control de la vejiga y el intestino.
  • Mantener una buena postura y estabilidad del tronco.
  • Disfrutar de una función sexual saludable.

Durante la menopausia, la disminución de estrógenos provoca un adelgazamiento de los tejidos y una pérdida de tono muscular, lo que aumenta el riesgo de presentar problemas del suelo pélvico.


Algunos de los síntomas más frecuentes que puedes notar son:

  • Incontinencia urinaria: pérdida involuntaria de orina al toser, estornudar o hacer ejercicio.
  • Urgencia urinaria: necesidad repentina e intensa de orinar, a veces difícil de controlar.
  • Prolapsos: sensación de pesadez o presión en la pelvis por descenso de órganos.
  • Sequedad vaginal o dolor: disminuye la vascularización y elasticidad de la zona puede afectar tu comodidad diaria y tu vida sexual.
  • Escozor o picor: la mucosa vaginal se vuelve más fina, menos lubricada y más sensible, lo que puede generar estos síntomas
  • Debilidad en la musculatura pélvica: disminuye la fuerza y resistencia del suelo pélvico.
  • Estreñimiento o dificultad para evacuar: esfuerzo excesivo que aumenta la presión sobre la pelvis o no evacuar a diario.
  • Dolor pélvico o lumbar bajo: relacionado con alteraciones en la musculatura profunda.


Detectar estos síntomas a tiempo es clave para prevenir complicaciones y mejorar tu calidad de vida.

Lo primero, y muy importante, es realizar una valoración individualizada. Cada mujer vive la menopausia de forma distinta, por lo que el tratamiento debe adaptarse a tus necesidades y estilo de vida. La fisioterapia especializada en suelo pélvico puede ayudarte mediante:

  • Entrenamiento de la conciencia corporal: mejora la percepción y control del suelo pélvico.
  • Electroestimulación y biofeedback: ayuda a reclutar fibras musculares débiles o a mejorar el tono muscular.
  • Neuromodulación del suelo pélvico: mediante el uso de TENS y, en algunos casos, punción seca combinada con estimulación eléctrica, puede ayudar a regular la respuesta nerviosa y muscular. Es útil para mejorar el control vesical, reducir el dolor y normalizar el tono del suelo pélvico.
  • Técnicas de relajación y respiración diafragmática: reducen la tensión y mejoran la conciencia corporal.
  • Ejercicios de fortalecimiento de suelo pélvico y globales: aumentan la fuerza y resistencia muscular.
  • Asesoramiento en hábitos de vida: hidratación, cuidados íntimos y posturales para disminuir la presión sobre la pelvis.


Además del tratamiento fisioterapéutico, puedes incorporar algunas medidas de autocuidado en tu rutina diaria:

  • Evitar el estreñimiento, que aumenta la presión sobre el suelo pélvico.
  • Utilizar un taburete para elevar los pies al hacer de vientre, asi evitas empujar.
  • Utilizar un taburete para elevar los pies al ir al baño, facilitando la evacuación y evitando empujar.
  • Practicar ejercicio físico regular, especialmente ejercicio de fuerza adaptado, que ayuda a mejorar tu masa muscular y tu salud ósea.
  • Mantener un peso saludable para reducir la carga sobre la pelvis.

La menopausia no tiene por qué significar problemas inevitables o irreversibles en tu suelo pélvico. Con fisioterapia especializada, ejercicio y autocuidados, es posible mejorar la fuerza, funcionalidad y bienestar sexual durante esta etapa.

Si experimentas incontinencia, prolapsos o dolor pélvico, abórdalo para mejorar tu calidad de vida.

En nuestra clínica contamos con una fisioterapeuta especializada en el campo del suelo pélvico que te ayudará de forma personalizada a solucionar tus problemas